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Foto del escritorIlana Lamstein

Una mirada judía a la interpretación de los sueños.

Según las fuentes judías, D´s creó al hombre del polvo de la tierra y sopló en él aliento de vida, convirtiéndolo en una criatura viviente (libro de Génesis 2:7).

El Rabino Aryeh Kaplan Z´L - en su libro “Entre la tierra y el cielo” - plantea que de acuerdo al Zohar (obra superior de la Kabalá) el alma del hombre proviene de la mayor profundidad divina y por consiguiente es una manifestación de esa “chispa divina” en el mundo terrenal. En este sentido y siguiendo con esta línea de pensamiento sostiene que el hombre posee una afinidad con lo divino y que fue creado a la imagen y semejanza espiritual de D´s.



Una ventana con una cortina en donde se ve un paisaje
Crédito. Ilana Lamstein

Pero; ¿qué conexión tiene esto con la interpretación de los sueños desde la óptica del judaísmo?


Cuando la persona duerme una parte de su alma asciende a otro plano, a un nivel espiritual más elevado, a una dimensión que lo conecta con otras almas que son en sí mismas la esencia de D´s. Se explica que a través del soñar se llega a una “fuerza” que nutre al hombre de energía nueva y divina para re-comenzar el siguiente día. El hombre está conectado con un alma “universal” aún cuando la experiencia física y corpórea de cada individuo esté separada en el mundo terrenal.

Según explica el Dr. Julio Real – médico uruguayo especialista en trastornos del sueño - cuando la persona duerme el cerebro está activo e incluso en algunos períodos muestra una mayor actividad que durante la vigilia.


La cantidad de energía que consume el cerebro durante la noche es mucho mayor que cuando la persona se encuentra despierta. Esto sucede porque el cerebro está regenerando neurotransmisores que son esenciales para el mantenimiento del equilibrio emocional del ser humano.


Del punto de vista biológico – funcional, se puede establecer 5 etapas del sueño; las etapas 1 y 2 que conforman el sueño superficial y las etapas 3 y 4 de sueño profundo. La etapa 5 es la del sueño REM (movimientos oculares rápidos) en donde se produce la actividad onírica.


Los sueños que ocurren en esta última etapa, son sueños vívidos en los que se produce una parálisis total de los músculos, con excepción de los órganos respiratorios y los de los ojos que se mueven debajo de los párpados como si la persona estuviera siguiendo la escena de una película.


Según el judaísmo y atendiendo la perspectiva espiritual del sueño, existen 4 niveles en el dormir y el sueño corresponde al nivel más alto. Depende del estadio “espiritual” en el cual se encuentra la persona en el mundo material, el que le permite acceder a un nivel más alto, más próximo a lo que podría entenderse como profecía.

Hay una cita que surge del Talmud y que dice que “El sueño es un sexagésimo de profecía”. En la época de los profetas – con la sola excepción de Moisés – las profecías ocurrían en los sueños y de una manera simbólica. Los profetas tenían la capacidad de interpretar y de decodificar el mensaje subyacente a estos símbolos para llegar a la “verdad oculta o no revelada”.


Respecto a esto, el Rabino Oved Avrech del Instituto Yavne contó una historia personal que le sucedió la noche previa al reciente nacimiento de su hija. Su madre – quién vive en Israel – le contó que la noche anterior a la llegada de su nieta había tenido un sueño. Había soñado con su padre, quién le entregaba dos jalot, una para ella y otra para su hermana, quién horas más tarde sería también abuela.


Una vez que finaliza la etapa de los profetas la interpretación espiritual de los sueños pasa a ser tema de estudio para muchos rabinos y eruditos en el Talmud.

El Rabí Jaim Iosef Azulai – conocido como el “Jidá” – expresa en el Talmud que: “Un sueño que no ha sido interpretado es como una carta que no ha sido leída, es decir, su contenido no puede ser considerado bueno o malo, ya que el sueño depende de su interpretación.”


Otra gran interrogante que surge respecto a la interpretación de los sueños es la razón por la cual el hombre sueña en forma simbólica. Para el psicoanálisis los sueños ocupan un lugar relevante en el proceso analítico del paciente y como plantea Sigmund Freud a través de los sueños y su simbolismo el inconsciente puede manifestarse sin censuras.

En el ensayo titulado “Sigmund Freud el Judío” publicado por Ernst Simon (1899 – 1988 filósofo y educador judío), él señala que de acuerdo a Freud hay un texto limitado y que hay diversas significaciones que son más amplias y profundas. Como dice Freud “Si anotamos el sueño teñido y lo comparamos con todas las asociaciones que produce, hallaremos que probablemente las mismas han multiplicado la extensión del texto del sueño muchas veces.”


Para este autor existe una similitud con el modelo del pensamiento talmúdico y la técnica analítica asociativa que se aplica tanto al “texto del sueño” como a las manifestaciones del consciente que encierran contenidos inconscientes más profundos.

Ernst Simon señala la identificación que hizo Freud con varias figuras judías en distintas etapas de su vida, y en relación a la interpretación de los sueño cita lo que el mismo Freud expresa de la siguiente manera: “Hay que tener presente que el nombre de José ha jugado un gran papel en mis sueños….A mi propio yo le resulta muy fácil ocultarse detrás de gente de ese nombre, ya que José fue el nombre de un famoso en la Biblia como intérprete de los sueños”.


Como dice el Talmud, en el libro de Taanit “la bendición no mora sino en lo que está oculto a los ojos”.

Nota para el Semanario Hebreo

Fecha de publicación: 2017


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