Entrevista a Hans Henrik Welin
Recordando la historia de sus abuelos
Conocí a Hans años atrás cuando retomé mis clases de hebreo y coincidimos en el mismo grupo de estudio online junto a otros estudiantes de distintas partes del mundo.
A pesar de que Hans vive en Copenhague y yo en Uruguay, con el paso del tiempo y la confianza de los años compartimos historias familiares que nos acercaron y nutrieron el encuentro humano.
Hans me contó que sentía una profunda conexión con el pueblo judío, que en su juventud había vivido algunos años en Israel y que su abuelo paterno había participado en la resistencia danesa salvando judíos de la deportación ordenada por los nazis.
El pueblo danés fue un ejemplo excepcional de solidaridad, protección y rescate de los judíos de la persecución nazi. En este contexto de hechos, el abuelo de Hans, Axel Jens Vilhelm Hansen, como miembro de la resistencia, actuó activamente ofreciendo su hogar como escondite y punto de encuentro de judíos en su huida clandestina hacia Suecia.
En Octubre de 1943, tras conocerse las intenciones de deportación de los judíos, la resistencia danesa organizada salva a más de 7200 judíos y 700 no judíos de la muerte, brindándoles los medios para encontrar refugio en tierras seguras.
Aquí comparto el relato de Hans y las memorias familiares que se conservan de su abuelo. En su legado, reside el altruismo y la valentía de numerosos héroes anónimos que defendieron y honraron el principio supremo del valor de la vida.
Hans, ¿ Cuál fue la posición de Dinamarca durante la Segunda Guerra Mundial?; ¿Qué papel desempeñaron sus ciudadanos frente a la ocupación nazi y la política de persecución contra los judíos?
En 1940, los alemanes ocuparon Dinamarca por tierra, aire y mar, provocando resistencia esporádica por parte del ejército danés. La Wehrmacht alemana amenazó con consecuencias a menos que Dinamarca cesara su resistencia, ya que su interés principal era utilizar a Dinamarca como un punto estratégico para facilitar la toma de Noruega.
A pesar de la ocupación, Dinamarca mantuvo una relativa paz, ya que el gobierno funcionaba y negociaba términos específicos con los alemanes. Especialmente, los daneses aseguraron un acuerdo de que los judíos serían tratados como cualquier otro ciudadano danés.
En el verano de 1943, a medida que Alemania enfrentaba derrotas en la guerra, la resistencia danesa se intensificó. Surgieron sabotajes y enfrentamientos, lo que llevó a Hitler a convocar a su comandante, Werner Best, a Berlín. El gobierno danés se distanció de la represalia alemana, disolviéndose después de que el ejército danés enfrentara disturbios y sabotajes, sumiendo a Dinamarca en la agitación.
Temiendo consecuencias, Werner Best propuso en Setiembre una acción contra los judíos para complacer a Hitler. La propuesta fue bien recibida en Berlín, desencadenando una extensa planificación. La SS fue reforzada, y se movilizaron policías y soldados alemanes adicionales y se encargó un barco para transportar 6000 personas hacia Copenhague.
La comunidad judía en Dinamarca estaba perfectamente integrada y se los consideraba ciudadanos daneses junto con sus compatriotas. Reconociendo el potencial de indignación pública y un aumento en sabotajes, incluso Werner Best abogó por posponer la acción planificada. El embajador alemán en Copenhague, Georg Ferdinand Duckwitz, advirtió a las autoridades danesas sobre la operación inminente programada para la noche entre el 1 y 2 de octubre, coincidiendo con Rosh Hashaná.
En tres días, todos los judíos en Dinamarca fueron advertidos, principalmente los residentes en Copenhague. El movimiento de resistencia orquestó una masiva operación de rescate, guiando a los judíos a los hogares de ciudadanos daneses, organizando su escape a Suecia.
Desde estos lugares, fueron guiados en pequeños grupos a barcos pesqueros u otras embarcaciones en el puerto, donde los pescadores a riesgo de perder la vida, realizaban las travesías hacia Suecia a cambio del cobro de una tarifa. La comunidad judía se unió a la resistencia aportando recursos financieros para cubrir las exigencias de estos pagos.
El día de la acción planificada, los soldados alemanes bloquearon carreteras, cortaron la red telefónica y golpearon las puertas de casas y pisos vacíos y detuvierona 202 judíos junto con 200 comunistas no judíos, que fueron enviados a Theresienstadt.
Si bien la reacción fue severa, tuvo pocos resultados. El público danés se enteró, y la resistencia organizada, con la ayuda de pescadores, continuó la exitosa operación de rescate.
Hay una historia familiar muy fuerte que se remonta a tus abuelos y su compromiso de arriesgar sus vidas para proteger a los judíos daneses de la deportación. Pero antes que nada, contanos sobre tu conexión con el pueblo judío.
Mi conexión con el pueblo judío se origina con mis abuelos y su compromiso en la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. Estos hechos tuvieron una gran influencia en mi padre y luego en mí. Él se convirtió en miembro de "The Friends of Israel", una sociedad que ya no existe. Nuestra familia siempre tuvo un gran respeto por la comunidad judía, aunque lamentablemente no conocíamos personalmente a ningún judío.
En las décadas de 1970 y 1980, un número considerable de jóvenes, incluyéndome a mí, viajamos a Israel para hacer voluntariado en los kibutzim a través de un programa organizado por la empresa danesa Danida. Este viaje marcó un capítulo significativo en mi vida.....
Hans, contanos acerca de tus abuelos.
Mi abuelo, Axel Jens Vilhelm Hansen, nació el 4 de agosto de 1891 y falleció el 17 de Junio de 1957, cuando yo tenía solo 5 años.
Su padre era un hombre de buena posición económica, y tenía una posición importante como jefe del taller de armas en los edificios centrales del ejército en Copenhague (un puesto que más tarde ocuparía mi abuelo). Durante su juventud, vivió con su familia en el corazón de Copenhague, y en este ambiente de bienestar fue donde mi abuelo pasó sus años formativos.
Era una persona muy meticulosa, siempre impecablemente vestido, con excelentes modales, buena apariencia y popularidad. Quería ser actor pero su padre era un hombre de influencia y lo instó a seguir sus pasos. A pesar de ello, participó en el Teatro Real, donde su madre trabajaba en su tiempo libre, ocupando papeles y roles menores. Además, participó en un teatro amateur y fue activista en el movimiento de los Boy Scouts.
Mi abuelo se convirtió en un especialista en armas para el Sindicato Danés del Rifle y fue enviado a Siam (Tailandia) para servir como consultor del Príncipe en la venta de rifles. Estando allá, contrajo disentería y sufrió un episodio que puso en peligro su vida.
Tenía mucho interés en la vela y tenía su propio barco. Seguramente, la amplia red que mi abuelo tenía en el ambiente de la navegación haya sido fundamental en la ayuda a los judíos. No sé si alguna vez navegó él mismo, pero sí estoy seguro de que nunca cobró nada por ello.
Mi abuela, Ellen Kirstine Frederikke Larsine Jensen, nació el 24 de Febrero de 1894. Era una ama de casa y madre dedicada a sus dos hijos (una nena y un varón). Tenía un profundo interés en la historia, una pasión que mi padre también tuvo siendo adulto. Era muy buena narradora y cada vez que mis hermanos y yo la visitábamos le pedíamos que nos contara alguna historia. Tenía rasgos muy distintivos, ojos marrones y cabello oscuro, algo inusual en Dinamarca. Según mi padre, las raíces de su familia se remontaban a Polonia.
¿Qué papel desempeñaron tus abuelos en las acciones para salvar a los judíos de la deportación?
Mis abuelos eran cristianos, aunque no devotos creyentes, y Axel era miembro de la resistencia danesa contra los nazis.
Como expliqué antes, Axel era un hábil armero y era jefe en el taller de armas en los cuarteles militares centrales de Copenhague. Después de los eventos del 2 de Octubre, la resistencia movilizó a sus miembros, y Axel se involucró en el mantenimiento de armas, brindando asesoramiento y guiando a personas hasta las embarcaciones. Ayudó a organizar la salida de judíos , que eran identificados a través de contactos en la sinagoga y agentes de la resistencia danesa, ofreciendo refugio en su departamento ubicado cerca del puerto de Copenhague.
Mi abuela, Ellen, recibió una cantidad importante de ropa que entregaba a aquellas personas que no tenían suficiente abrigo o que sus prendas estaban marcadas con la estrella amarilla. Una vez que se llegaba a reunir entre veinte y treinta personas, se las llevaba al barco. Axel, nunca cobró nada por su ayuda, pero sí negoció con los pescadores y se encargó de pagarles. En el barco, el grupo tenía la orden de quedarse en la sala de almacenamiento hasta llegar a aguas suecas para recién ahí subir a cubierta. Axel participó en otras coordinaciones y entre el 4 y el 16 de Octubre, cerca de 6,000 de los 8,000 judíos, habían sido trasladados a Suecia.
Ante el escaso éxito de los alemanes, líderes en Berlín, frustrados, enviaron a Adolf Eichmann a Copenhague. Eichmann y Werner Best decidieron intensificar la vigilancia en lugares donde se congregaban judíos antes de ser trasladados.
Una tarde a finales de octubre, Axel y Ellen estaban sentados en su departamento. La madre de Ellen, que tenía más de 90 años, también estaba allí. De pronto, los alemanes golpearon la puerta y Axel se levantó y corrió por las escaleras de atrás que se usaban para sacar la basura y escapó. Mientras tanto, Ellen, respondiendo en danés, dijo: "¡Voy!" ya que no entendía una palabra de alemán.
Cuando abrió la puerta, un grupo de oficiales de la Gestapo entró, haciendo preguntas en alemán. Por lo que me contaron, uno de ellos cambió al danés y preguntó sobre mi abuelo.
Por obra del destino, no interrogaron a la madre de mi abuela, que sin muchas defensas, habría dicho que se escapó de la casa.
Registraron todo el departamento y un soldado incluso abrió el armario para verificar que no hubiese nadie oculto entre las ropas. Gracias que no notaron las prendas con los parches amarillos que llevaban la estrella de David y la palabra "Jude" escrita.
Afortunadamente, el día anterior a que llegara la Gestapo habían salvado a un grupo de judíos. Después, la mayoría de los judíos fueron rescatados, y mi abuelo se escondió cerca de un mes en otro lugar.
Es importante mencionar la eficiencia de los propios judíos en la orquestación de los primeros escapes porque la población danesa no estaba tan alerta. 470 judíos fueron deportados, personas influyentes de la antigua administración danesa presionaron a Werner Best para que los dirigiera a Theresienstadt en lugar de un campo de exterminio. Más tarde, la Cruz Roja Danesa obtuvo permiso para enviar alimentos al campo, hecho que fue confirmado por los judíos que lograron sobrevivir.
Perdieron la vida 100 personas, algunas se ahogaron durante el cruce y alrededor de 50 perecieron en Theresienstadt. A pesar de la tristeza de la pérdida de cada una de estas vidas, es de destacar que los judíos daneses tuvieron la tasa de supervivencia más alta de Europa.
Dinamarca como sociedad se unió para proteger a sus ciudadanos judíos al resistir las demandas nazis de entregarlos. ¿Por qué crees que este comportamiento ejemplar no fue imitado en otros países? Si hubiera sido así, la historia del pueblo judío durante el Holocausto probablemente habría sido diferente...
Una de las razones por las que los judíos daneses fueron ayudados se debe a su integración en la sociedad y al respeto mutuo. Hoy en día, sucede lo mismo y los judíos son percibidos como cualquier otro ciudadano.
Si bien se acusó al gobierno danés de haber sido demasiado indulgente con los alemanes durante la guerra, es esencial reconocer que las negociaciones llevadas a cabo durante los primeros años, de 1940 a 1943, desempeñaron un papel crucial para brindar protección y ayuda a la población judía.
¿Cómo consideras que esto influyó en la forma de ver y entender la historia del pueblo judío?
Para mí, el pueblo judío ha superado todas sus adversidades gracias a su voluntad de sobrevivir. Hasta el día de hoy, vemos que la alianza del pueblo judío con HaShem (Dios) sigue viva.
Durante los tres años que viví en Israel, llegué a conocer a un pueblo y un país diferente a cualquier otro de los que haya visitado antes y quedé cautivado por su gente. La felicidad que sentí en Israel estuvo presente desde el día en que llegué hasta el día en que me fui. No es de extrañar que el milagro que ocurrió en Dinamarca sucediera para nuestro amado pueblo judío.
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